Sigre cree en la reencarnación de los medicamentos
(Fuente: EXPANSIÓN)
18 de Enero de 2008
El ciclo de vida de un medicamento no siempre acaba en el estómago del paciente. Después de la investigación y la producción en laboratorios, la distribución en farmacias, el hogar del paciente, los fármacos no usados o caducados no se pierden. El Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases (Sigre) puesto en marcha en este sector se dedica a garantizar una segunda vida a los medicamentos.
Gracias a la actuación de Sigre, que gestiona la recogida y el tratamiento de los residuos farmacéuticos, los medicamentos caducados se convierten, una vez tratados, en combustible, evitando que sus restos, a veces tóxicos, contaminen el entorno.
Sigre se puso en marcha en 2001 para permitir al sector farmacéutico cumplir las obligaciones de la Ley de Envases, que impone a los productores industriales que se agrupen en sistemas integrados de gestión (SIG) de residuos. “Había que crear una entidad que tome en cuenta la especificidad de los medicamentos como residuos”, explica Juan Carlos Mampaso, director general de Sigre.
Esta entidad está financiada por Farmaindustria, la patronal de los laboratorios, que controla un 60% del capital social. La patronal colabora con los distribuidores y las farmacias, donde los pacientes depositan los medicamentos que ya no tienen utilidad. Mampaso afirma que el 99% de los puntos de venta dispone de un punto verde donde colocar los residuos farmacéuticos.
En 2006, según los últimos datos disponibles, Sigre recogió 2.251 toneladas de medicamentos y sus envases, un 13,1% más que en 2005. “El 60% de los usuarios conoce el punto Sigre y este número crece año tras año”, señala Mampaso.
Los residuos son llevados a la planta gallega de Sigre, la única instalación de selección y clasificación específica para esta actividad en Europa. Después del tratamiento de los residuos, buena parte se lleva a la planta que la Sociedad Gallega del Medio Ambiente (Sogama), donde son incinerados y aprovechados en energía eléctrica. Según Mampaso, el 1% de los residuos es objeto de un tratamiento específico por ser tóxico. El 69% es aprovechado energéticamente, y el 30% corresponde a residuos de papel, vidrio y cartón, de fácil reciclaje o aprovechamiento.
Sigre no sólo asegura un fin de ciclo de vida sostenible al medicamento, sino que procura que, desde su concepción, sea más respetuoso con el entorno. La entidad ha puesto en marcha medidas preventivas, que “se refieren sobre todo a los envases”. Mampaso considera que, entre las 373 medidas promovidas, las más importantes son el empleo de materiales reciclables y un diseño optimizado para los envases.