Ese precisamente es el problema. Todo el mundo tiene opción de ir a un ginecólogo, ya que las consultas de planificación familiar son absolutamente gratuitas. Además, tomar un anticonceptivo hormonal sin que te lo haya recetado un ginecólogo es peligroso, ya que estas combinaciones hormonales tienen muchísimas contraindicaciones y por eso te tienen que revisar tu historial personal, el familiar y te hacen un análisis de sangre antes de recetártelo. Además hay muchas combinaciones distintas y con diferentes dosis, que se adaptan a las necesidades de cada mujer, y el anticonceptivo que es válido para una puede que no sirva (y se quede embarazada) en otra o lo que es peor, que le destroce el hígado por ser muy fuerte.
Además, en el caso del anillo vaginal, el ginecólogo ha de hacer una revisión física para ver que la mujer no tiene ningún problema estructural o alguna patología que le impida, le sea contraproducente o no le vaya a funcionar, introducirse en la vagina un anillo de silicona.
Por eso ES necesario que los anticonceptivos hormonales los recete un médico. Quien no quiera ir al médico siempre queda el preservativo o el diafragma para evitar embarazos, NUNCA la píldora del día después, ya que lleva una concentración altísima de hormonas y tiene muchos efectos secundarios.
Lo que no tiene mucho sentido es que te pidan la receta cada vez que vayas (aunque visto así es la única forma de control que hay), pero tendría que valerte la receta desde una visita a la siguiente al ginecólogo, deberían hacerte el "carné del anticonceptivo", porque lo que no podemos hacer es ir todos los meses o cada tres meses a por la recetita (y si te hacen hacerlo que al menos lo cubra la seguridad social).